La ansiedad en nuestra dieta

Ciertos alimentos y bebidas incrementan la ansiedad del individuo. Por tanto, debemos ser muy precavidos con aquello que comemos y bebemos, controlar nuestra dieta y liberarla en la medida de lo posible de aquellos elementos que puedan llevar a un aumento del estrés a través de ciertas bebidas que contengan componentes tales como la taurina o la cafeína. Por eso es esencial tener en cuenta que existe una estrecha relación entre nuestra dieta y nuestros niveles de estrés y ansiedad y tener en cuenta cada aporte que introducimos en nuestra dieta diaria.

La forma en que nos nutrimos a diario es fundamental para nuestros aportes de energía y el modo en el que estos son canalizados por todo nuestro cuerpo. Una dieta equilibrada puede ayudar a estabilizar nuestra ansiedad y hacer que nuestra salud mejore de forma generalizada. Una mala dieta, sin embargo, puede causar estragos en el cuerpo humano en general y en la ansiedad del individuo en particular. Se consideran dietas que pueden agravar el estado de ansiedad aquellas con insuficiencia de hidratos de carbono, vitaminas y sales minerales, esenciales todos ellos para una estabilización del sistema nervioso. Por lo general, los vegetales, las frutas y las proteínas son beneficiosas en tratamientos tanto de ansiedad como incluso de depresión. Las proteínas como el pescado, los huevos y el pollo, mejoran el balance hormonal y la respuesta al estrés. La  falta de algunos nutrientes como la vitamina B12, el calcio y el magnesio, por contra, pueden  guardar relación con la aparición de episodios de ansiedad. Otro factor que la incrementa puede darse también como resultado de un horario de comidas anárquico y descontrolado: comer deprisa, en una posición que no sea la de sentado y relajado, o hacerlo bajo la presión del tiempo puede contribuir también a ese aumento de la ansiedad. Todo esto puede complementarse con un consumo habitual de bebidas alcohólicas, estimulantes y tabaco, todos ellos tóxicos que contribuyen a deteriorar un poco más el sistema nervioso del individuo.

La ansiedad también se encuentra en dietas abundantes en alimentos procesados, particularmente carbohidratos y azúcares simples (dulces, pan blanco, arroz blanco, repostería, etc), porque elevan el nivel de glicemia (azúcar en sangre) si son digeridos rápidamente, lo cual es seguido por una disminución súbita de niveles de azúcar en sangre (hipoglicemia). Hoy en día, los trastornos alimentarios  están directamente relacionados con la ansiedad, especialmente en el caso de los crónicos (anorexia y bulimia). Científicamente, se ha probado que las funciones cerebrales del neurotransmisor serotonina, relacionado con el estado de ánimo y la ansiedad pueden contribuir a propiciar la anorexia nerviosa tanto en su variante bulímica como en la restrictiva. Dichas alteraciones pueden ser genéticas e, incluso tras la recuperación de una anorexia nerviosa (la cual implica de forma casi inextricable síntomas de ansiedad), pueden persistir alteraciones en la función cerebral de la serotonina y síntomas de ansiedad.

Por otra parte, según Nattuh otro buen remedio natural que nos ayuda a reducir la ansiedad, los nervios o el estrés es el té. Incluir té e infusiones en nuestra dieta cuyas propiedades sean relajantes y no tengan un alto contenido en cafeína podrá calmarnos y relajarnos cuando más nerviosos estamos.

Por lo tanto, cambiar los hábitos alimenticios y escoger minuciosamente las dietas son medidas a veces necesarias para que la persona pueda recuperarse de su ansiedad.

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